Para convertirse
en otro
Exposición individual Ignacio Szmulewicz en Librería Metales Pesados
Enero 2013 / josé miguel de la barra 460 / Santiago / Chile
en Curaoría matadero de
Edición de seis piedras simuladas a escala real, impresas en off set desde un archivo fotográfico de adoquines en granito extraídas de la cantera de Colina, Santiago.
Las impresiones con la imagen del granito son troqueladas para construir cajas que simulan piedras de las que se construye un cerco y un brocal, se utiliza papel maché para emular la mezcla de cemento. La entrada del espacio de exhibición es clausurada para impedir visualizar el interior del brocal.
Texto escrito por Ignacio Szmulewicz colocado a un costado de la obra:
PARA CONVERTIRSE EN OTRO
Claudia Lee Papel maché y edición de seis cajas troqueladas 2012
AGUAS ESTANCADAS
Para convertirse en otro es una obra que simula las construcciones del mundo rural: cercos y brocales de campo. Su cualidad principal radica en ser un trabajo que engaña, de doble manera, al espectador. Primero, por la reproducción a escala de estructuras usualmente dedicadas a la vida fuera de la ciudad (limitación del terreno de cultivo y extracción de agua) y, segundo, por el copiado de la textura del material constructivo, la piedra (imagen que proviene del granito de la cantera de Colina). Con estos dobleces, la obra que presenta Claudia Lee da cuenta de un desfase, una tecnología que eclosiona con un pasado anclado en la tierra.
En ese linde, tecnología versus artesanía, ruralidad versus urbanidad, Para convertirse en otrosugiere un problema que involucra al espectador (pensar sólo en el título). El que observa termina ejerciendo el gesto de mirar hacia un lugar exótico y extraño, un agujero (o pozo) que se hunde desde el cemento de la ciudad hacia sus orígenes en la humedad del subsuelo. La obra de Lee obliga, entonces, a poner en escena esa ficción nostálgica del “Santiago que se fue”. Sin embargo, escaso tiempo dura esa experiencia interrumpida súbitamente por la amenaza de una demarcación y de un límite, ambos violentos e impositivos. Anula así el lento y detenido placer de contemplar el agua estancada o el moho creciendo por una nítida definición visual. Dos momentos de la historia se cruzan en Para convertirse en otro de Claudia Lee: la materia absorbente de la piedra y todo el peso de antaño que atrae y, a la vez, el brillo de la imitación high-tech (impresa en off-set) que devuelve al público a su opuesto en la arquitectura de vidrio, fierro y cemento. La pérdida de ese pasado anclado, detenido y olvidado, retenido sólo como archivo digital.
CLAUDIA LEE (1980). Licenciada en Bellas Artes, Universidad de Artes y Ciencias Sociales Arcis. Entre el 2007 y el 2008 Cursa Magíster de Artes Visuales de la Universidad de Chile. Actualmente se desempeña como Artista Visual y Docente en U. Arcis. Ha desarrollado una investigación objetual en torno a la reproducción de texturas y materialidades, que traduce en distintos soportes, colocándolos en directa relación a los contextos en donde se emplazan. Sus operaciones interrogan los espacios subjetivos de delimitación territorial a través de recursos como la desaparición, mímesis, serialidad y cinismo.
MATADERO. 10 ARTISTAS JÓVENES DE LA ESCENA CHILENA Curador: Ignacio Szmulewicz
Texto de Danilo Sanhueza para imagen de la invitación:
"Para convertirse en otro" hace aparecer un cuerpo que remite a otro, la mímesis en papel de la piedra y el cemento. La condición de esta distribución entre las dos series -la de papel y la de piedra- es el desplazamiento de una respecto de la otra, la introducción de un exceso significante, que es al mismo tiempo la huella de su sobredeterminación. A la instancia en la que se origina este desfase alude el centro del brocal, que permanece como un lugar vacío no por la profundidad del pozo sino por el impedimento incompleto de un muro de papel. Así es como la obra ofrece su secreto: por la proximidad de su superficie.
Texto 2012 de Claudia Lee para descripción con obras relacionadas:
PARA CONVERTIRSE EN OTRO
Las siguientes obras, en vano nº1, sin efecto nº1 y nº2 y el proyecto en vano nº2 son parte de una línea de investigación constituida por operaciones que utilizan como recurso el simulacro en espacios expositivos de las artes visuales.
Conformándose en instalaciones de papel que simulan a escala real materiales para la construcción; ladrillos, piedras y tejuelas dispuestos por un albañil. A partir de módulos de papel se articulan estructuras arquitectónicas básicas, como muros, tejados y brocales, imitando la disposición de la materialidad utilizada para el fin que ha sido diseñado. Disimuladamente se engaña al espectador generando cuerpos invisibles, que se camuflan con un contexto, sacando provecho del lugar en que se disponen al imitarlo.
En el caso de “en vano nº1” la obra consta de un muro de ladrillos y cemento hechos de papel, los que fueron levantados por un obrero en el interior de la Galería Moto. En “sin efecto nº1” se instalaron tejuelas de papel en un muro al interior del MAM de Chiloé (simulando la materialidad exterior de este espacio) siendo construido por un albañil chilote. En ambas operaciones confluyen la artificialidad del material con la realidad del trabajo asalariado generando que las obras devengan ironía: se presenta un objeto que resta inservible para su fin aparente y utilizable por el capital humano de producción.
En términos materiales y formales la obra “sin efecto nº2” y el proyecto “en vano nº2” ingresan al espacio del museo una estructura extraña a este contexto, sin embargo, por la naturaleza del ejercicio de simulación en el que la obra se inscribe, la instalación se mimetiza en el espacio de exposición.
Para llevar a cabo el proyecto “sin efecto nº2”, se registrará fotográficamente una serie de siete piedras de cantera, de distintos tamaños y formas. Posteriormente, dicho registro será editado e impreso en cartón forrado termolaminado. Cada impresión será troquelada y estructurada emulando la forma de la piedra original. Con estos módulos un albañil construirá un muro y un brocal, usando papel maché como cemento. La disposición del material en dichas estructuras posibilita el efecto de simulacro, al hacer desaparecer, bajo la familiaridad de dos formas arquetípicas, el carácter artificial de los módulos con los que están construidas.
Un muro y un brocal se instalan en el espacio subjetivo como límites, ya sea como delimitación territorial o de propiedad, prohibición del paso o (in)comunicación con el subsuelo. Así, la sustancialidad supuesta de dichos límites es interrogada.